En la mayoría de los negocios, un 20 por ciento de los clientes proporciona del 75 al 90 por ciento de los ingresos.
Debemos tener en cuenta que los clientes más valiosos no son necesariamente los más grandes; de hecho, puede que estos últimos sólo contribuyan de forma marginal a las utilidades de la empresa. Nuestra meta es dar un buen servicio al 80 por ciento de los clientes y un excelente servicio al 20 por ciento restante.
El éxito de una empresa depende de que ésta dedique la atención que merecen sus clientes claves. La calidad y el desarrollo de las relaciones con los clientes son la única ventaja competitiva real de cualquier empresa, puesto que todo lo demás es susceptible a ser copiado.
¿Conoces el RFC de tu cliente? ahí puedes encontrar la fecha de creación de la empresa, ¿Por qué no mandarle una tarjeta en el mes de su aniversario a su director general, felicitándolo por un año más de éxito? ¿tu has recibido alguna?… estoy seguro que no, ¿porque no empiezas?.
Los detalles personales son importantes dentro de las relaciones con los clientes, debemos de utilizarlos como un plan estratégico de marketing para hacerlos sentir que son lo más importante para nosotros.
La lealtad de los clientes no es un proceso, sino un resultado y, por lo tanto, es difícil de llevar a cabo dentro de la empresa (se requiere una cultura de empresa “enfocarse en el cliente”). Muchas veces no sabemos como iniciar el proceso de crear lealtad en los clientes; sin embargo, lo que si podemos es fijarnos en lo que funciona en las relaciones personales entre individuos y tratar de reproducirlo en nuestras relaciones comerciales.
¿Qué tanto conoces a tu cliente? ¿fechas importantes? ¿éxitos de la empresa? ¿aficiones de tu comprador? Este es uno de los retos de las empresas hoy en día conocer a tu cliente de la mejor manera posible.
Para recordar:
Una buena relación comercial sigue los principios de una buena relación personal.