La mayoría de las empresas siguen patrones de conducta que en muchas ocasiones son difíciles de cambiar, son los llamados paradigmas. Este es un buen ejemplo de lo que sucede en las empresas:
Un grupo de científicos encerró cinco monos en una jaula, en cuyo centro pusieron una escalera y, sobre ella, un montón de plátanos.
Cuando un mono subía la escalera para agarrar los plátanos, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que estaban en el suelo. Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo agarraban a golpes. Pasado algún tiempo, ningún mono se atrevía a subir a pesar de la tentación de los plátanos.
Entonces los científicos sustituyeron uno de los cinco monos.
La primera cosa que hizo el nuevo mono (atraído por los plátanos) fue tratar de subir la escalera, pero rápidamente fue bajado a golpes por los otros. Después de algunas palizas, el nuevo integrante ya no intento subir más.
Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. Un tercero fue cambiado y se repitió el hecho. El cuarto… y finalmente todos fueron sustituidos.
Los científicos se quedaron con un nuevo grupo de cinco nuevos monos, que aunque nunca habían recibido el baño de agua fría, continuaban golpeando a todo aquél que intentara llegar a los plátanos.
Si fuese posible preguntar a algunos de estos monos por qué le pegaban a quien intentara subir la escalera, seguro nos dirían las palabras que más se escuchan en las empresas: No sé, aquí las cosas siempre se han hecho así…
Peter Drucker dijo: “Lo que conocíamos sobre administración ya no nos sirve. En el futuro inmediato, los gerentes tendrán que ser capaces de olvidar lo que hacían, tan rápido como aprenden las cosas nuevas que tienen que hacer”.
Para recordar:
Para abrir nuevos caminos, hay que inventar; experimentar; correr riesgos, romper las reglas, equivocarse… y divertirse.